martes, 26 de octubre de 2010

¿Nos vamos de ruta? Hoy visitamos... RONDA (Málaga)

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La Serranía de Ronda está tocada por la leyenda... habitada en otros tiempos por valientes bandoleros, ricos terratenientes y bellas majas, hoy en día sigue conservando el misterio y la fascinación que tanto alabaron los viajeros románticos del siglo XIX. El Tajo de Ronda es la imagen más conocida de la Serranía, el Puente Nuevo que lo salva, reconcilia los dos barrios de la ciudad. A un lado está "la ciudad" que acoge el legado musulmán, al otro, "el mercadillo", un barrio que creció a partir del siglo XVIII.



En el casco antiguo encontramos viejas mansiones, palacios y casas solariegas que antaño pertenecieron a acaudaladas y aristocráticas familias, las iglesias cristianas de hoy, fueron edificadas sobre antiguas mezquitas árabes.



Tradiciones y costumbres muy antiguas, se siguen conservando...

¿Te vienes de ruta? Síguenos, vamos a visitar Ronda y su Serranía.


Ronda está cortada en dos por el Puente Nuevo, si miramos hacía abajo desde él, podemos ver el río Guadalevín, al que los árabes llamaron "el río de la leche". Dicho puente es el emblema arquitectónico de una de las ciudades más visitadas del sur de España; en su día fue la más importante obra de ingeniería levantada en el país, proyecto que fue firmado por Juan Martín de Aldehuela, se empezó a construir en 1751 y fue inaugurado en Mayo de 1793.



Cruzando el puente nos encontramos con la ciudad romántica, envuelta en el misterio y la leyenda; callejuelas estrechas se abren conduciendo a palacios de mucho boato, a casas solariegas que aún mantienen los escudos nobiliarios y a plazas que nos ofrecen unas fascinantes vistas. La Casa del Rey Moro es uno de esos palacios en los que parece que se ha detenido el tiempo, su interior refleja bien las arcadas y estancias que en otro tiempo debieron tener las casonas árabes. El jardín del palacio es un espacio delicioso, entre fuentes y arriates nos encontramos una escalera, de trescientos peldaños, que nos conduce directamente al fondo del Tajo, hasta la misma orilla del Guadalevín.




El paseo por Ronda continua por la calle Armiñán, si andamos un poco nos encontraremos con el Museo del Bandolero, uno de los muchos museos que podemos visitar en la ciudad, allí reside la memoria de hombres como el Tempranillo, Pasos Largos o Tragabuches, todos ellos, destacados bandoleros que camparon por la Serranía. De Tragabuches se dice que se echó al monte tras descubrir la infidelidad de su esposa con un cura del pueblo, acabó con la vida de los dos y a continuación se perdió en la sierra.

Desde el museo asciende una calle hasta la Plaza Duquesa de Parcent, donde encontramos una gran cantidad de monumentos como el edificio del Ayuntamiento, la colegiata de Santa María La Mayor, un edificio de gran belleza tanto en el exterior como en su interior; también podemos observar el convento de las Clarisas, si te acercas por allí a primera hora de la mañana comprobarás como rezuma el delicioso olor a repostería recien horneada. Y tampoco puedes dejar de visitar el Palacio de Mondragón, al que se llega por un estrecha callejuela desde la plaza anteriormente dicha, un impresionante edificio "cosido" a la cornisa del Tajo, al filo del precipicio de más de 100 metros de altura.



No conviene abandonar Ronda sin visitar la plaza de toros. El coso rondeño, considerado el más bello de España y antiguo del mundo, está ligado a la memoria de Antonio Ordoñez y allí, año trás año, se celebra la tradicional Corrida Goyesca. Como nota curiosa podemos decir que Orson Welles quedó tan impresionado con Ronda, que forjó una gran amistad con el maestro e incluso sus cenizas están depositadas en la ciudad.



Desde Ronda podemos hacer infinidad de rutas, visitar pueblos como Montejaque, Benaoján, Jimera de Libar, Atajate, Benadalid, Algatocín, Benarrabá..., pueblos con gran historia donde las costumbres de antaño siguen muy presentes, como la matanza. Se celebra en invierno y las depensas de las casas se llenan de productos que se secan con el paso del invierno e incluso en muchos de estos municipios, podemos encontrar secaderos de jamones. A todos estos pueblos se llega a través de una carretera paisajista con gran belleza kilómetro a kilómetro.



Otra carretera que parte desde Ronda, muy afamada, sobre todo, en círculos moteros por sus curvas, es la que nos lleva hasta la Costa del Sol, carretera donde encontramos unos preciosos paisajes que nos hacen disfrutar del viaje admirando la maravilla de la naturaleza. Antes de llegar a San Pedro de Alcántara, nos encontramos pueblos como Parauta, Cartajima, Júzcar, Igualeja..., e incluso podemos desviarnos por un cruce a la izquierda a unos 20 kilómetros de Ronda y subir a la Sierra de las Nieves, llegar hasta el refugio desde donde podemos contemplar unas vistas imposibles de explicar con palabras.




1 comentario:

Ana dijo...

Esta ruta es una maravilla, me trae muy buenos recuerdos!
La recomiendo a todos aquellos que quieran disfrutar de curvas y paisajes por igual.