El viaje empieza en el International MINI Club en Múnich que es el centro de la movida MINI internacional. Aquí fue donde después del IMM 2010, los conductores del Classic decidieron indagar hasta el fondo lo que es “MINI” y esa sensación que abarca tanto el orgullo de poseer uno como la emoción de conducirlo, quisieron descubir ambos conceptos tanto en la teoría como en la práctica. MINI Gang Rhön encomendó al International MINI Club la tarea de hacerlo y con este encargo, se pusieron en marcha para encontrar la respuesta.
Los conductores se pusieron al volante de sus Classic Mini probando su temple junto con un puñado de profesionales. Allí fue donde los instructores del MINI’s German Club, los ingenieros de la empresa y los pilotos aficionados de MINI encontraron las respuestas de un mismo modo.
A veces, las preguntas complicadas necesitan explicaciones técnicas: sin embargo, para los académicos, el placer de conducir se entiende solamente en términos de la dinámica automovilística. Medir el rendimiento es algo relativamente sencillo a través de la métrica clásica, evaluando sus números fácilmente, pero la pregunta sigue siendo la siguiente: ¿Se puede medir el factor de la diversión? ¿Por qué hay que hablar de entusiasmo, satisfacción y desafíos en términos que puedan medirse? ¿Por qué siempre un pequeño MINI deja en sus conductores una sonrisa mucho mayor que el mejor de los deportivos? Presentamos a Jörg Weidinger, ingeniero de MINI y experto en coches de carreras con varios títulos de campeón a sus espaldas en la modalidad de carreras en montaña.
Hay algo más que da crédito a su nombre, Jörg fue instructor en el primer entrenamiento de conducción de Classic Mini ofrecido por MINI. Tratando teoría y práctica a la par, enseguida encontró la manera de hacer que la física que hay de todo esto, se convirtiese en una experiencia de conducción de MINI real y única.
“Mantén una escoba en posición horizontal delante de ti a la altura de las caderas e intenta moverla sólo con tus caderas hacia la derecha y hacia la izquierda”, hizo una pausa mirando, “luego intenta lo mismo, pero poniendo el palo de la escoba entre las piernas.” El resultado de este pequeño ejercicio fue sorprendente. Cuanto más alejas la escoba de tu cuerpo, más difícil resulta. Jörg nos aclara el porqué: “Esto puede trasladarse perfectamente a los coches. Los pies representan respectivamente el eje delantero, entre este y la escoba se encuentra el voladizo. Un voladizo largo se traduce en una conducción lenta y un voladizo corto produce la sensación contraria: agilidad. Es precisamente uno de los motivos por los que conducir un MINI resulta tan divertido.
La idea de Alec Issigonis de posicionar una rueda en cada esquina del vehículo no solo crea espacio en el interior del Mini, sino que también potencia la experiencia de conducir. Los ejercicios de Jörg relacionados con la dinámica de conducción demuestran además, que ofrecer solo prestación no es garantía de diversión. El Classic Mini cuenta con una potencia de entre 39 y 85 caballos y esto puede parecerte muy por debajo del deportivo medio… pero con estos coches se zigzaguea durante los entrenamientos por la sección de conos, se sortean obstáculos y se prueba la máxima aceleración transversal posible en un circuito. Al poco rato se dibuja en el rostro de todos los participantes una sonrisa de oreja a oreja y Jörg sabe el por qué: “Un peso escaso y un centro de gravedad mínimo facilitan un manejo del coche increíble. La asistencia asistida se produce de forma instantánea y esta espontaneidad proporciona al conductor exactamente esa diversión que nada tiene que ver con la prestación del motor.”
Después de todo esto, resulta fácil saber por qué el diseño del clásico de MINI es tan impresionante como siempre, incluso más aún si consideramos que su diseño básico tiene más de cincuenta años. Lo cierto es que para obtener el máximo placer al conducir no se necesita demasiado, basta con un MINI y una hermosa carretera llena de curvas.
Así que al final la pregunta sobre el factor de la diversión tiene una respuesta. Lo único que queda por hacer es sentarse tras el volante de un MINI para vivir de qué va todo esto. Solo un conductor conoce la sensación, puedes verlo en sus rostros después de haber tomado una serie de curvas de escándalo a 50 Km/h.
Fuente: MINI Space.
1 comentario:
Este "reportaje" ya lo tengo visto...
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